viernes, 11 de noviembre de 2011

Videojuegos

A mí me gustan los videojuegos. Lo cierto es que no juego demasiados títulos (soy más perezosa que las tortugas y también un poco rácana para actualizar consolas), pero me gustan. Y por eso, de vez en cuando me pongo a filosofar sobre ellos. He aquí las preguntas que me hago y las conclusiones a las que llego.

1. ¿Qué es un videojuego?
Seguro que lo leéis y pensáis "Menuda chorrada, como si no lo supiéramos ya". Y la definición que daría cualquiera es "Un juego que se juega en una consola o un ordenador". Bien, no digo que esté mal. Un videojuego, para empezar, y aunque sea una perogrullada, sirve para jugar. Y, al contrario que los juegos de mesa o los de los niños en el parque, se juega en una pantalla, (de ahí el "video", del latín video, ver). Muy bien. Pero yo creo que se puede profundizar algo más.
Primero que nada, cuando hablamos de un videojuego siempre estamos hablando de interacción con el jugador (o jugadores). Hay otros métodos de entretenimiento como las novelas (sin contar aquellas de Elige tu propia aventura) o las películas (con las que los videojuegos comparten mucho, por cierto) en las que esto no existe. Por lo tanto nos encontramos ante un factor distintivo del género.
Hay una cosa que hay que aclarar, y es que, a pesar de la definición etimológica, los videojuegos no siempre tienen gráficos. Sí es cierto que en la mayoría de los casos es así, pero existe un género de videojuegos que no los tiene, o no los tuvo en su momento y que sólo se componían de texto. Se trata de los primeros juegos de aventuras, abuelos de las aventuras gráficas y los juegos de rol en todas sus formas. Por eso, no se puede decir que los gráficos sean distintivos de los videojuegos.

Colossal Cave Adventure, el primer juego de aventuras y sus maravillosos "gráficos".
Tampoco el sonido parece ser algo distintivo, y es que no sólo es que existan videojuegos mudos, sino que a algunos parece que la música les sobra. En serio, yo no juego al Tetris con sonido. Es horrible. No soporto el chirrido agudo al empezar el juego. Y no será por que la música no es mítica (y bastante pegadiza). Y ya que hablamos de Tetris, ahí tenemos un videojuego sin texto (más allá del "Start", "Game over" y las cifras de puntuación). Y es que tampoco es necesario. Entonces, ¿cuál es la forma física que adopta un videojuego? Muy sencillo. Multimedia. Puede adoptar varias formas, ya sea texto, gráficos o sonido e incluso usar varias. Qué curioso, el cine también es multimedia...
Otro factor que a veces aparece en los videojuegos es un argumento. Y con él, personajes, trama, tiempo, espacio... Por supuesto, esto no es realmente necesario, ya mencionamos el Tetris. Bloques cayendo no vale como argumento. Pero vamos, no es necesario pensar en un juego tan sencillo. También es el caso de la mayoría de los juegos de simulador (simuladores deportivos y de conducción, de vuelo, puede que incluso los Sims...). Un juego con argumento casi se puede considerar como una película en la que el jugador participa.
Mi conclusión a todo esto es, pues:
Un videojuego es algo con finalidad lúdica que usa una plataforma multimedia con el que uno o varios jugadores interactúan y que puede contar con un argumento.
Aunque ese "algo" quede un poco cutre.

2. ¿Es el videojuego un arte?
Aquí estamos ante una pregunta difícil. Ya hemos definido lo que es un videojuego, pero lo cierto es que la definición de arte es muy confusa y sigue siendo cuestión de debate. Y eso que el arte lleva milenios existiendo y los videojuegos sólo unas décadas. Yo personalmente creo que los videojuegos son un arte. ¿Por qué? Por muchas razones.
La primera, es que pueden producir sentimientos. Hay momentos en el argumento de algunos juegos que te pueden emocionar muchísimo, hasta el punto de llorar o de gritar a la pantalla. Puedo citar algunos, pero no quiero estropear a nadie lo que esté jugando. Si se trata de decir títulos, Persona 3, Persona 4 y Final Fantasy X, principalmente. En Persona 4 recuerdo una ocasión en la que la soledad del protagonista me inundó. Y eso que ni siquiera era en una escena. Pero no sólo se trata del argumento. En el momento del P4 del que he hablado también tiene que ver la música. Y hay un juego para Play Station 3 bastante curioso llamado Flower en el que las sensaciones (tranquilidad, desasosiego, miedo, felicidad, realización...) se transmiten principalmente por la música y los gráficos.

Captura de pantalla de Flower. En este juego, eres el viento y tienes que... ¿llevar pétalos de paseo? Pero lo cierto es que es verdadera poesía.
Otra razón es que también transmite ideas, y es, por tanto, vehículo de transmisión de diferentes culturas, formas de vida y de pensamiento. No hay mejor ejemplo que la saga Persona (¿hay siquiera una entrada en la que no piense en esta saga mientras escribo?), basada en las teorías del psicólogo Carl Gustav Jung, o The World Ends With You, que te enseña el valor de conocer la visión del mundo de otras personas.
Por último, también es capaz de crear belleza. Ya he citado Flower, también debo hablar de muchos de los títulos del Final Fantasy, a los que, a pesar de que la saga ha perdido mucha calidad en otros aspectos, y que sin duda ha sido sobreexplotada, no se les puede negar un genial apartado técnico en gráficos y sonido.
Ahora bien, hay juegos que no transmiten sentimientos ni ideas y que ni siquiera son bellos. Volvemos al Tetris. ¿Se puedo considerar, pues, que el Tetris y otros juegos por el estilo son arte? Yo considero que está a caballo entre ser un arte y su finalidad práctica, es decir, la de entretener. Pasa algo parecido con el diseño gráfico, o incluso con la arquitectura, de la que nunca se ha dudado que sea un arte. El Tetris sería el piso de apartamentos sociales al que ningún crítico de arquitectura miraría dos veces, quizá ni una.

3. ¿Por qué me gustan los videojuegos? ¿Qué clase de videojuegos me gustan?
Un día, cuando fui a hacer la cuenta de cuáles eran los videojuegos que disfrutaba y cuáles no, pense una cosa: "A ti no te gustan los videojuegos, a ti te gustan los cuentos". La verdad, desde que aprendí a leer a los cuatro años, e incluso antes, cuando escuchaba aquellos cuentos grabados en cintas, disfrutaba muchísimo con todo tipo de historias: cuentos tradicionales, mitología clásica, más tarde las novelas infantiles, las juveniles... Y luego (o mientras tanto) se comprende que las historias no sólo están en los libros, sino también en las series, en el cómic, en el cine, y, cómo no, en los videojuegos. Por tanto, a mí me gustan esos videojuegos que tienen un argumento.
Hay que señalar que también me suelen gustar los que te dejan ser creativo (la expansión de Aventuras Galácticas del Spore, junto con una buena idea, es muy entretenida), y que nunca me disgustaron para nada muchos títulos de estrategia como el Age of Empires. Pero, frente a simuladores, o juegos con más énfasis en la acción que en la historia, caso de muchos shooters y juegos de plataformas (en los que además soy malísima), elegiré mil veces un juego con historia, aunque se pueda escribir un volumen como el Quijote con su texto y aunque sea tan lineal como trazado con regla. Como consecuencia, mis géneros favoritos son las aventuras gráficas y los RPG (más concretamente, los japoneses).
Esta visión se debe también en parte a mi consideración del videojuego como arte. Quien lo considera un mero entretenimiento sólo se preocupa de que cumpla su función, y si acaso, del apartado técnico. Acepto esta visión, pero para mí, nunca un juego de conducción va a ser mejor que un Persona. Y punto.