Cuando
se supo que Persona 5 iba a ir de
ladrones, y que la persona del
protagonista iba a ser Arsène (Lupin), no pude sino acordarme de aquella hora
Animax que había en AXN hace añísimos… en la que durante un tiempo emitieron Lupin III. En aquella época no vi más
que uno o dos capítulos sueltos, pero a raíz de Persona 5, decidí ver algo más. Así fue que me zampé entera la
serie de la chaqueta verde (¡anime de los 70, chicos!), y el principio de la de
la chaqueta roja. Y fue así que me volví a encontrar con Fujiko Mine.
Para
aquel que no lo sepa, Lupin III es un
anime (y un manga) con una larguísima trayectoria, cuyas adaptaciones, que
incluyen crossovers con Detective Conan, cambian muchísimo de
tono y que entre muchos directores ha tenido el nombre de un joven Hayao
Miyazaki a su servicio. Lo narrado son las aventuras de un ladrón, Arsène Lupin
III, nieto del Arsène (o Arsenio) Lupin de las novelas del francés Maurice
Leblanc. Otros personajes recurrentes son su incansable perseguidor, el
inspector Zenigata, y sus colaboradores: Daisuke Jigen, amigo y gran pistolero;
Goemon Ishikawa XIII, samurai cuya
espada puede cortar cualquier cosa, y Fujiko Mine.
Fujiko
Mine. La femme fatale.
O dicho de otro modo: la “tetas”.
No,
no me miréis así. Es como se ha tratado al personaje en la mayoría de sus apariciones.
Dejémonos de francés y hablemos claro. El propio diseño del personaje empieza
por un buen busto. Lupin está siempre babeando con ella. El viejo estereotipo
gastado del pervertido que mira, toca y acosa para causar gracia se repite aquí
ante el cuerpo de Fujiko una y otra vez. Fujiko suele perder cuando compite con
Lupin por un tesoro. Fujiko siempre va a traicionarlos.
Y
sin embargo, Fujiko mola. Fujiko Mine, a pesar del penoso retrato que ha tenido
en general, vive para sí misma, y es quien decide si hoy prefiere entregarse al
amor o al dinero. Ella no es una niña buena, es una mujer de acción y no va a
rendirse a las reglas sociales. Y por eso su personaje siempre me ha
confundido.
Siempre
que veía a Fujiko en pantalla, o a cualquier otra en el arquetipo de la mujer
fatal, he tenido sentimientos encontrados. Me gustan esos personajes por su
fuerte individualismo, pero también sé que la mayoría obedecen a la mirada
perversa de quien lo censura en la mujer real. Que al fin y al cabo, lo que se
busca es un personaje que pueda poner las tetas enfrente de la pantalla.
O en las manos del que lo pague. |
Y
así es que un día, entre mi círculo de aficionados de Persona para los que de repente Lupin era relevante, encuentro a
una persona recomendando fervientemente, una y otra vez, The Woman Called Fujiko Mine. Por más que he buscado, parece que
nunca fue localizada en castellano, así que me temo que no puedo dar una
traducción oficial.
Una
serie de Lupin III, del 2012,
centrada en Fujiko. En ese personaje que me intriga y me confunde, me emociona
y decepciona. Y dirigida por Sayo Yamamoto, es decir, una mujer. Que además no
era la primera vez que hacía una serie protagonizada por mujeres de acción:
también es la directora de Michiko to
Hatchin, un anime que cada vez
tengo más ganas de ver. Aunque seguro que a los que lean esto les sonará más
por Yuri!! On Ice. Sumad el nombre de
Shinichiro Watanabe en la producción musical, uno de mis directores favoritos, cuyo nombre suele asegurar una buena banda sonora. Tenía
que verla.
Me
encantó.
Decidme que la barba de Jigen no es hermosa. Atreveos. |
Antes
que nada, me veo en la obligación de dirigir una alabanza al estilo artístico.
La composición de las escenas está sumamente cuidada. El uso del color, el tema
recurrente de los búhos, ese sombreado vintage
con línea que remite a un estilo artesanal… Con eso y la barba de Jigen, me he
pasado episodios hipnotizada.
También
quiero mencionar, aunque sea de pasada, a Oscar, único personaje principal que
no se encuentra en el elenco usual de Lupin
III. Su tratamiento deja bastante que desear para muchos, pero en mi
opinión su aparición es ya de por sí significativa, y me plantea preguntas que
quizá no me hubiese preguntado de no estar él ahí. Creo que es posible dar una
opinión positiva y hasta esperanzadora sobre su arco.
Pero
vayamos al punto que más me interesa: Fujiko. Cuando empecé la serie, esperaba
tan solo ver el lado positivo de la mujer fatal, la mujer individualista y de
acción que es. Por supuesto, tuve de eso. Lo que no esperaba es que estuviese
tan bien tratado como está. Me parece una tarea de una dificultad inmensa
recoger un personaje con una trayectoria tan amplia y tan poco favorable como
es Fujiko Mine y usarla como un icono feminista. Pero en La mujer llamada Fujiko Mine, funciona.
Siempre
que hay una mujer sexual y moralmente libre en cualquier ficción uno se
pregunta (y tantas veces la respuesta es tan insultante y obviamente
afirmativa) si no será más bien cosa del hombre que ha dibujado sus curvas. Eso
ha sido verdad para Fujiko durante décadas. Y, sin embargo, cuando termina esta
serie tienes la absoluta certeza de que en este caso no es así. Toda la
narrativa, las decisiones artísticas, las actitudes de los personajes, etc.,
confluyen en los últimos episodios para dejárnoslo tan claro como el agua.
Gracias
a eso puedo, finalmente, responder a la pregunta del título de esta entrada. ¿Quién
es la mujer llamada Fujiko Mine?
Fujiko
Mine es una mujer inteligente.
Fujiko
Mine es una mujer codiciosa.
Fujiko
Mine es una mujer que se ha acostado con muchos hombres.
Fujiko
Mine es una mujer consciente de sus actos.
Fujiko
Mine es una mujer que ha elegido ser así.
Fujiko
Mine es la mujer que ves.
Y,
ante todo,
Fujiko Mine es una
mujer LIBRE.
Dejo un par de artículos en inglés que leí tras verla por si
os son de interés, ojo a los spoilers:
«Sex is Not a Dirty Word:
or, Why The Woman Called Fujiko Mine is a Great Feminist Anime» en The
Mary Sue.
http://www.themarysue.com/the-woman-called-fujiko-mine/
«The Boy Who Went to the Castle: The Woman Called Fujiko Mine and Silenced Queer Narrative» en Tumblr. https://vraikaiser.com/2014/07/28/fujiko-mine-and-silenced-queer-narrative/